Desayuno abundante y delicioso, ideal para empezar el día.

Personal amable, habitación limpia y luminosa, buena conexión Wi-Fi – excelente opción para un viaje económico.

El hotel es un tesoro oculto… de la antigüedad. La bañera es un desafío de altura, como si quisiera hacerme hacer yoga cada mañana. Y, por supuesto, esperaba un pequeño gesto de bienvenida, pero parece que sólo los 'clientes normales' lo reciben. La atención es encantadora, pero no hace olvidar las incomodidades.

un lugar bien ubicado y cómodo

Despertar con la sonrisa del personal de limpieza fue un granito de felicidad cada mañana. La ubicación del hotel me permitió explorar fácilmente los alrededores con transporte al alcance.

Sin embargo, la bañera era un poco alta, lo que la hacía incómoda, especialmente para personas mayores. A veces el ruido de la calle interrumpía mi descanso.

Habitación limpia
Personal amable
Desayuno abundante

Ruido constante
Televisión mala
Wifi débil

Lo que no te cuentan

Un hotel discreto y limpio, ideal para una estancia básica. Su ubicación permite acceso fácil a la plaza principal. El desayuno, aunque sencillo, es lo mejor con huevos y zumo de naranja. Sin embargo, el ruido puede ser un inconveniente si eliges habitaciones frontales. Perfecto para quienes buscan comodidad sin lujos.

El pollo orgánico del restaurante fue algo suculento, ¡una delicia que me hizo querer repetirlo! Además, los desayunos son bastante abundantes y típicos, perfectos para empezar el día con energía. La amabilidad del personal también fue un punto alto, siempre con una sonrisa y disposición para ayudar. ¡El lugar tiene su encanto y se aprecia la limpieza diaria en las habitaciones!

Aunque el lugar es acogedor, hay que lidiar con la bañera alta, que puede ser un reto, y algunas zonas del mobiliario necesitando un toque de renovación. A veces el ruido de la calle se siente, pero al final del día, ¡Marrakech es pura vida!

La habitación era limpia y luminosa, lo que fue un gran plus. Tenía calefacción y la cama era muy cómoda, ideal para descansar. Aunque el ruido de la calle se sentía un poco, me acostumbré rápido. La limpieza diaria fue buena, y no tuvimos problema con las toallas o la ropa de cama. Pequeños detalles como la falta de mando de la televisión y un wifi no tan estable fueron un poco incómodos.

Ubicación muy céntrica, fácil acceso a todo. Excelente trato del personal, siempre bien amables. Las habitaciones limpias y cómodas, lo único algo ruidoso por las ventanas. En general, una buena opción para quienes buscan calidad-precio.

la ubicación es excelente, justo al lado de una parada de autobús que te lleva a la plaza principal. el personal siempre fue amable y la limpieza diaria de la habitación fue un buen detalle.

un poco ruidoso por la calle, aunque te acostumbras rápido.

Me encantaron los desayunos en amalay, son abundantes y típicos. La ubicación es excelente, justo a la vuelta de la calle principal, lo que facilita explorar la ciudad. tienen opciones para disfrutar de un jacuzzi sin químicos, lo cual es un gran plus. La habitación estaba siempre limpia y era cómoda, lo que hizo nuestra estancia muy agradable.

Lo puedo recomendar.

una experiencia enriquecedora con personal amable y buena limpieza diaria en la habitación cerca del autobús que va a la plaza

Me encantó la atención del personal, siempre sonrientes y serviciales. La habitación estaba limpia y bien cuidada, además, el desayuno era simple pero suficiente. La conexión Wi-Fi funcionó muy bien, lo que fue un gran plus. Aun cuando el hotel era un poco antiguo, su ubicación y el trato que recibimos hicieron que nuestra estancia fuera muy agradable.

La ubicación es excelente, a un paso de todo, transporte y restaurantes. La habitación estaba limpia y el personal de limpieza era muy amable, siempre con una sonrisa. El desayuno, aunque simple, era suficiente y lo mejor, el zumo de naranja natural.

Todo ha sido fantástico.

La ubicación del hotel es bastante buena, con fácil acceso a los autobuses urbanos que te llevan a varios puntos de la ciudad. Además, el restaurante ofrece comida básica pero a buen precio, lo que es un alivio para alguien como yo, que no siempre tiene tiempo para buscar alternativas.

El hotel tiene un aire de antigüedad que puede no gustar a todos, especialmente con bañeras altas que son inconvenientes. La pintura y algunos muebles incluso muestran signos de desgaste, lo que sugiere que podría beneficiarse de algo de renovación. En general, la experiencia fue decente, sin embargo, hay detalles que podrían mejorar la comodidad y la estética del lugar.